Dos porciones de un pastel sencillo con ralladura de coco.

10 consejos para preparar torta sencilla

En Recetas Nestlé® te damos los puntos clave para hacer este postre

Como sucede con todas las recetas, hay algunas que son mucho más fáciles de preparar que otras. Si nos enfocamos en los postres, la de una torta sencilla es una de las básicas cuando hablamos de facilidad y un nivel bajo de complejidad.

NUESTRAS RECOMENDACIONES PARA HACER UNA TORTA SENCILLA

Sabemos que empezar a cocinar recetas de pastelería no es fácil, por eso esta torta sencilla es perfecta para quienes apenas están conociendo los ingredientes, las temperaturas, los tiempos y las técnicas que se usan.

Para hacer mucho más fácil este proceso, en Recetas Nestlé® compartimos 10 consejos que son bastante útiles al momento de cocinarlo.

1. INGREDIENTES A TEMPERATURA AMBIENTE

Los choques de temperatura, cuando hablamos de repostería, pueden ser mortales para un postre. Esta es una de las razones principales por las que, por ejemplo, la harina y los huevos no quedan bien mezclados, y acabamos con grumos.

En realidad, al hablar de un bizcocho y sus ingredientes –leche, huevos, etc.– lo mejor es tenerlos todos a temperatura ambiente. Por eso nuestro consejo es organizarnos con tiempo y sacar una hora antes aquellos elementos que tenemos en el refrigerador.

2. LA CANTIDAD EXACTA DE CADA INGREDIENTE

Hay una frase popular en el mundo de la cocina que dice: “la repostería es una ciencia exacta”, puesto que un pequeño cambio en una receta puede alterar por completo el resultado final. Hablamos de unos pocos gramos de diferencia.

Las medidas deben ser exactas, así que vale la pena aclarar que cuando una receta habla de tazas, cucharadas o cucharaditas, no se refiere a la taza del café, la cuchara de las sopas y las cucharitas de los postres. Existen kits con el volumen indicado para evitar confusiones.

Por último, antes de empezar también vale la pena organizar la mesa con la cantidad precisa de cada ingrediente. Otra pesadilla pastelera es darnos cuenta a mitad de la preparación de que no tenemos suficiente leche o azúcar.

3. LO MEJOR ES TAMIZAR LA HARINA

Además de tener nuestros ingredientes a temperatura ambiente, el otro secreto para evitar los grumos es pasar la harina por un tamiz o un colador. De esta forma vamos a deshacer todas esas pequeñas bolitas que a veces encontramos en este ingrediente y que dificultan que se integre correctamente.

Un tip antes de continuar: aunque existen distintos tipos de harinas que pueden crear juegos de sabores muy interesantes en nuestros platos, como acá hablamos de un pastel sencillo, nuestro consejo es usar la harina que viene con levadura incorporada, de esta forma no tenemos que añadir este último ingrediente y es mucho más fácil de preparar.

4. BATIR LOS HUEVOS CON ENERGÍA

Como estamos en la búsqueda de un pastel sencillo esponjoso y suavecito, queremos que tenga bastante aire y de esta forma crezca correctamente con la textura que necesitamos. Para lograrlo hace falta batir los huevos usando un batidor de globo o una batidora eléctrica.

Por otra parte, también es importante añadir los huevos individualmente a la mezcla, integrando uno por uno antes de agregar el siguiente. La única excepción, incorporarlos todos al tiempo, es si la receta dice lo contrario.

5. LOS INGREDIENTES LÍQUIDOS Y SÓLIDOS SE MEZCLAN POR SEPARADO

Esta es una de las reglas más importantes de la repostería. Es decir, mientras que por un lado podemos tener leche y agua, por el otro está la harina y el azúcar. El peor error es mezclar todo al mismo tiempo.

Cuando estamos haciendo un postre es mejor integrar primero los líquidos, después los sólidos y, por último, mezclar ambas preparaciones. De este modo nos aseguramos de que absolutamente todos los ingredientes están en una combinación uniforme y homogénea.

6. SIEMPRE PRECALENTAR EL HORNO

Este es otro de los errores más comunes y que muchísimas veces pasamos por alto simplemente por creer que no es tan importante. Si, al final, la temperatura va a subir a los grados que necesitamos, ¿para qué precalentar el horno? Grave error.

En las recetas siempre nos dicen el tiempo de cocción, que empieza a contar desde que llevamos la preparación al horno precalentado. Además, no queremos que nuestra masa repose demasiado esperando a que la temperatura suba.

Esta equivocación es muy fácil de solucionar: unos 5 o 10 minutos antes de llevar nuestro pastel al horno, lo encendemos y dejamos que llegue a la temperatura indicada.

7. LA HARINA AYUDA A DESMOLDAR

Una historia de terror de la pastelería: Hemos seguido las instrucciones de la receta al pie de la letra, usando las cantidades exactas y los tiempos precisos. Es momento de desmoldar y probar nuestro postre.

Sin embargo, está pegado a la base y hay partes adheridas a las paredes. Claro, olvidamos enharinar el molde o untarlo con mantequilla. Lo más probable es que se destruya cuando queramos servirlo.

Para evitar esto, únicamente hay que usar harina y mantequilla en la base y las paredes del molde, de esta forma va a ser muchísimo más sencillo sacar nuestra torta sin riesgo de que se quede pegada o se derrumbe.

Un tip antes de continuar: la mezcla no debe llegar hasta el tope del molde, puesto que al crecer puede regarse. Por eso es mejor llenar ¾ del recipiente, así tiene espacio para inflarse.

8. EVITAR ABRIR LA PUERTA DEL HORNO

Entre los principiantes de la pastelería esta es una equivocación supremamente frecuente. La curiosidad muchas veces nos gana y decidimos abrir la puerta para asegurarnos de que todo vaya bien con nuestro pastel sencillo. Grave error, de nuevo.

Si hacemos esto, el calor que quisimos asegurar precalentando el horno se va a salir y, por ende, la temperatura va a cambiar. Incluso, si la torta ya había crecido o estaba en proceso, vamos a ver cómo vuelve a bajar y desinflarse. Nunca abramos la puerta.

9. ESPERAR ANTES DE DESMOLDAR

Si la curiosidad puede ser un enemigo en el ejemplo anterior, la impaciencia es la gran villana en la pastelería. Los buenos platos toman tiempo, así que es necesario esperar antes de tener los mejores resultados.

En el caso del bizcocho es mejor dejarlo reposar para que se enfríe. Nuestro consejo es ponerlo encima de una rejilla, de esta forma su temperatura baja por todos lados. Así es como lo hacen los profesionales.

Si lo intentamos desmoldar o cortar sin dejarlo reposar, es posible que las altas temperaturas hagan más complicado el trabajo, pero, además, seguramente se nos va a deshacer o romper mientras lo hacemos.

10. ¿CÓMO SABER SI ESTÁ LISTO?

Todo un clásico entre los trucos de la pastelería. Es muy sencillo de hacer e incluso sirve para saber si cualquier torta está lista o sigue cruda. Lo único que necesitamos es un palito de madera.

Nada más tenemos que clavarlo en el pastel y sacarlo. Si sale con restos de masa pegada, significa que aún sigue crudo y le falta tiempo en el horno; por el contrario, cuando sale completamente limpio significa que podemos retirarlo y es momento de dejarlo reposar.

CÓMO DECORAR Y DARLE MÁS SABOR A UN BIZCOCHO

Aunque la torta de la que estamos hablando se caracteriza por ser sencilla, esto no quiere decir que no podamos añadirle un último elemento para potenciar su sabor, su aroma y su parte visual. Siguiendo la lógica de las preparaciones fáciles, estas sugerencias son bastante sencillas.

  • Azúcar pulverizada: el color blanco crea un contraste estupendo con el pastel sencillo, haciéndolo más atractivo desde un aspecto visual, pero también dándole una nueva capa de sabor que funciona de maravilla.
  • Ralladura de limón: todo un clásico en los postres en los que esta fruta es protagonista, como un buen pie. Con nuestro bizcocho también es una mezcla deliciosa. Simplemente hay que usar un rallador de agujeros pequeños para pelar la primera capa de la piel de un limón. Es importante tener cuidado para no rallar la parte blanca, puesto que es bastante amarga.
  • Ralladura de coco: otra opción deliciosa para usar una fruta con nuestra torta. Acá tenemos dos opciones. En primer lugar, esta ralladura se encuentra en algunas tiendas y supermercados, así que se puede comprar. Pero nosotros preferimos hacerlo en casa y con nuestras manos. Es tan sencillo como rallar la pulpa del coco para deshacerla. El sabor, además, es espectacular.


  • Glaseado sencillo: esta es una preparación que requiere de un poco más de tiempo, pero que no deja de ser sencilla. Simplemente hay que mezclar azúcar impalpable con jugo de limón hasta obtener una textura cremosa. Para lograr el nivel de acidez perfecto, nuestro consejo es comenzar con 1 taza de azúcar y 2 o 3 cucharadas de jugo de limón. Dependiendo de qué tan fuerte quede, podemos añadir cualquiera de estos dos ingredientes hasta encontrar un balance y nuestro sabor preferido.
  • Chocolate derretido: no es difícil de hacer, pero es el caso que requiere de mayor tiempo. Simplemente hay que usar cualquier barra de chocolate, la partimos en trocitos pequeños y la derretimos a baño María, revolviendo constantemente para que no se pegue a la base del recipiente y se queme.
  • Frutas: nuestra última idea es aprovechar frutas como las frutillas, las cerezas, el kiwi o el banano para decorar el pastel. Una buena opción es cortarlas en rodajas y formar círculos con ellas. El color y el sabor elevan el nivel de esta preparación.

Un tip antes de terminar: primero tenemos que dejar reposar y enfriar nuestro pastel sencillo, y después lo decoramos. En primer lugar, si usamos nuestras manos va a ser mucho más fácil evitar quemarnos. En segunda instancia, si añadimos el glaseado o el chocolate derretido cuando el postre está caliente, nuestra cobertura no se va a solidificar y va a ser muy difícil de manipular.