Guarda tus espinacas por más tiempo, sin perder la frescura, con estos consejos
A todos nos ha pasado alguna vez. Compramos unas espinacas con ese color verde reluciente para una ensalada, una crema o cualquier otra preparación que en ese momento cruzó nuestras cabezas.
Hacemos nuestro plato, obviamente delicioso, pero quedaron algunas hojas de sobra. Seguramente pensamos en usarlas en otra receta, durante el fin de semana suena bastante bien, aprovechar el tiempo para cocinar algo balanceado.
Llega el sábado o el domingo, vamos a usar esas espinacas que guardamos durante la semana… pero su color ha cambiado, se ven más opacas, como si estuvieran tristes. No nos engañemos, se echaron a perder. Y, además, ya no sabemos qué preparar sin ellas.
Si te sentiste identificado con esta pequeña historia, no te preocupes, acá te enseñamos a conservar espinacas para que no vuelva a suceder.
¿Cómo conservar espinacas?
No podemos dejar a un lado que la mejor forma de comer espinaca es cuando está fresca, ya que de esta forma podemos aprovechar todos sus nutrientes, como lo hacía Popeye en las caricaturas, para ayudar a nuestro organismo.
Sin embargo, sabemos que a veces es necesario guardarlas en casa. Una de las ventajas que tienen es que son hortalizas con una buena resistencia al frío, así que la mejor opción es conservarlas en el refrigerador.
¿En qué parte del refrigerador debemos guardarlas?
El primer consejo es dejar las espinacas en los cajones de la parte baja. En ese lugar la temperatura no es tan fría como para afectar esta verdura. Además, lo mejor es guardarlas primero en un recipiente hermético, pero que no queden tan apretadas, piensa que deben tener espacio para respirar.
Lavar o no lavar, esa es la cuestión
La respuesta no siempre es tan clara, como podrías imaginar. Lo mejor es guardarlas sin lavar, para evitar cualquier tipo de humedad. Sin embargo, si prefieres hacerlo, tienes que asegurarte de secarlas muy bien.
Nunca guardes la espinaca estando mojada o húmeda. Después de limpiarla, déjala secar y escurrir al aire libre sobre una hoja de papel absorbente. Puedes usar un paño para que sea más rápido, pero ten cuidado para no dañar ni maltratar las hojas.
Una vez las espinacas son llevadas a refrigerar, tienes cinco días para comértelas. Después pueden quemarse y empezar a verse negras.
¿Las espinacas se pueden congelar?
Si notas que te sobraron unas cuantas hojas y sabes que no las vas a usar en los próximos cinco días, la mejor opción es llevarlas al congelador. Eso requiere de algunos pasos extra para asegurar que no se dañen.
- Límpialas con agua fría para retirar rastros de tierra o cualquier otro aspecto que la haga ver sucia.
- Pon a hervir agua en una olla limpia.
- Deja las espinacas en el agua hirviendo por muy poco tiempo, entre 40 segundos y un minuto.
- Escurre y deja secar las espinacas.
- Guárdalas en un recipiente hermético. Lo mejor es hacerlo por porciones. No deben quedar muy apretadas.
- Guárdalas en el congelador.
Cuando las quieras usar para una crema, una sopa, una ensalada o cualquier otro plato, simplemente déjalas en agua caliente por 10 minutos.
Dos tips antes de continuar: un pequeño secreto para que tus espinacas duren más tiempo mientras las conservas es cortar el tallo hasta la altura de la hoja. Segundo, lava tus espinacas antes de usarlas en cualquier receta, así ya las hayas lavado antes de refrigerarlas.
¿Cómo puedo saber si la espinaca se echó a perder?
Hay tres características muy importantes en las cuales fijarse para notar si es mejor no consumir algunas hojas de espinaca.
- La espinaca brilla, entre otras cosas, por su color verde. Si notas que las hojas están negras o más oscuras de lo normal, es mejor evitar consumirlas.
- Las espinacas deben estar secas y sentirse así. Por eso es importante que no las guardes mientras están húmedas o mojadas. Si no las has lavado y las tocas, y sientes que están húmedas, te recomendamos no usarlas.
- Este es el elemento que delata con mayor claridad una espinaca que se echó a perder. Si tiene un olor muy fuerte que, además, es feo o poco agradable, no te la vayas a comer.
Recetas para aprovechar las espinacas
- Tortilla de espinacas, preparada con Caldo De Verduras Maggi®.
- Pechuga de pavo con salsa de hongos y espinacas, preparada con Sazonador MAGGI® Natusabor y Crema de Leche LA LECHERA®.
- Dip cremoso de espinaca, ricota y alcachofa, preparado con Mayonesa MAGGI®.
- Canelones de espinaca y pollo, preparados con Leche Semidescremada LA LECHERA® y Crema De Pollo MAGGI®.
- Empanaditas de espinaca, preparadas con Leche Entera La Lechera®, Caldo Criollita Maggi® y Crema De Leche De La Lechera®.
Aprende a lavar espinacas
Ya dijimos que es mejor no lavar las espinacas antes de conservarlas en refrigeración, sin embargo, te queremos dar algunas recomendaciones para que lo hagas de la forma correcta cuando las vayas a usar en una preparación.
- Antes de limpiar cualquier alimento, asegúrate de lavar tus manos con agua y jabón.
- Lava las hojas una por una, puede que sea un poco molesto o aburrido, pero es lo mejor. De esta forma te aseguras de limpiar cualquier rastro de suciedad.
- No las laves en un bowl o un recipiente similar. En cambio, deja que el agua simplemente caiga mientras las limpias suavemente.
- Trata las hojas con cuidado. La espinaca es una verdura frágil, por lo que es muy fácil romperla por accidente.
- Evita lavar la espinaca, y en realidad cualquier otro alimento, con cloro o detergente. Si quieres una limpieza más profunda, puedes usar un desinfectante especial para frutas y verduras.
- Está bien, aceptamos que esto ya lo dijimos, pero vale la pena repetirlo porque es fundamental para que aprendas cómo conservar espinacas: déjalas secar en su totalidad antes de guardarlas.
Consejos para elegir las mejores espinacas
Los supermercados y tiendas especializadas en verduras suelen tener una gran variedad de alimentos. Aunque existe un estándar de calidad, ya es cuestión del cliente, es decir, nosotros, saber cuál escoger para llevarnos los mejores.
El caso de las espinacas no es distinto, así que si tienes dudas sobre cómo elegir la mejor verdura o te pasó que tomaste unas hojas sin fijarte muy bien en su calidad, un precio que se paga al momento de cocinar, en Recetas Nestlé® te enseñamos las características en las que tienes que prestar atención.
- Las hojas: toma las hojas y míralas en detalle. No deben estar arrugadas, golpeadas o dobladas.
- La textura: las espinacas deben sentirse un poco firmes, es decir, al momento de doblarlas se debe sentir un poco de resistencia. Además, deben estar secas. Recuerda que la humedad no es una buena señal al momento de elegir o cocinar esta verdura.
- El color:las hojas de las espinacas tienen que verse verdes, ojalá con un tono fuerte y brillante. Entre más intenso sea, es más claro que ha tenido un buen cuidado, que tiene una buena calidad y que está sana. Por el contrario, si notas que hay tonos amarillos, cafés o negros, como manchas, es mejor buscar otra opción.
- El tallo: está totalmente relacionado al color. Si es amarillento, no compres esa espinaca. En cuanto a la textura, si es flexible significa que es una espinaca joven. Por el contrario, un tallo más duro es una muestra de una espinaca madura. Estas últimas son usadas, normalmente, para cocinar; las primeras se suelen consumir crudas. Ten en cuenta esto al momento de elegir una receta.
¿Por qué comer espinaca?
Aunque esta verdura no te va a dar una fuerza sobrehumana para proteger a tus seres queridos, como lo hacía Popeye, de todas formas, es un alimento que aporta fibra y ácido fólico a tu dieta. La fibra, además, favorece a tu digestión junto al contenido de agua que está presenta en la espinaca.
Tipos de espinacas
- Espinaca savoy: se trata de la clase de espinaca más popular y que con mayor frecuencia se encuentra en los supermercados y tiendas. Tiene un color verde oscuro, con hojas onduladas, gruesas y crujientes al momento de comerlas.
- Espinaca semi savoy: es el mismo tipo de espinaca anterior, la diferencia está en que se recoge antes, por lo que es menos madura. Por esta razón es que sus hojas son más suaves.
- Espinaca de hoja lisa: como seguramente ya lo dedujiste, las hojas de esta clase de espinaca sobresalen por su textura suave y lisa, la gran diferencia con los dos tipos anteriores.
- Espinaca baby: un caso similar al de la espinaca savoy y la espinaca semi savoy. La baby es la misma espinaca de hoja lisa, pero que ha sido recogida antes. Por eso sus hojas son más pequeñas y delicadas.
- Espinaca Bloomsdale: las hojas de esta clase se destacan por ser más largas que las anteriores. Tienen un color verde oscuro y una forma rizada, en lugar de ser lisa. Además, suelen ser duras y crujientes.
- Espinaca Tyee: estas espinacas se destacan en el periodo de cosechas porque pueden sembrarse tanto en climas fríos como cálidos, además de tener una muy buena resistencia a las enfermedades. Tienen hojas rugosas y de color verde oscuro.
- Espinaca Catalina: es similar a la espinaca baby debido a sus hojas pequeñas y suaves.
- Espinaca roja: una espinaca que se distingue por el color de su tallo y las fibras, que contrastan con el color verde de las hojas.