Es muy importante que tengas el hábito de un buen desayuno. Acá te explicas por qué
Puede que suene repetitivo o incluso sea considerada un cliché esa frase que dice “el desayuno es la comida más importante del día”. Pero la realidad es que esa primera comida que consumimos es fundamental para poder rendir, concentrarse, estudiar y trabajar a lo largo de la jornada.
Deja de creer que es una de esas frases que se repiten sin sustento. En efecto, el desayuno es la llave para abrir la puerta a un buen día.
Por qué es importante desayunar
Uno de los mejores hábitos que puedes adquirir para que tu día a día sea más llevadero, e incluso tu estado de ánimo sea mejor, es asegurarte de tomarte el tiempo necesario para desayunar. Barriga llena, corazón contento, dice el adagio popular.
Debido al ritmo de vida que llevan la mayoría de las personas, empezando a trabajar o estudiar temprano en la mañana, la primera comida del día ha pasado a un segundo o tercer plano. Eso, de entrada, es un error que afecta no solo tu organismo, sino tu rendimiento.
Des-ayuno: terminar con el ayuno
Desde el origen de la palabra ya se puede empezar a entender su importancia. No vamos a explorar las raíces latinas que tiene, pero a partir de ahí podemos comprender que viene de terminar con el ayuno de la noche.
Este es el primer punto de lo importante que es. Al desayunar, venimos que un periodo largo de varias horas en las que nuestro cuerpo no ha recibido ningún alimento. Y aunque hayamos dormido, el cuerpo sigue trabajando mientras soñamos.
Por eso es fundamental para rehidratarnos y recuperar la energía que el organismo ha gastado a lo largo de la noche.
Hablando de energía…
Entre la última comida de la noche y el desayuno, fácilmente pueden pasar más de 10 horas, así que el cuerpo trabaja de distintas maneras para que continúen funcionando nuestro cerebro y nuestros órganos.
Ese periodo en el que no comemos es el más largo sin recibir alimentos, así que la primera comida del día tiene un impacto diferente para afrontar la jornada. Las horas después del desayuno son aquellas en las que más energía se nos va, ya sea en el trabajo, estudiando, haciendo ejercicio o cualquier otra actividad que ocupe nuestro día.
Por eso es fundamental que nos ayude a recargarnos, para poder rendir física y mentalmente, aportando los nutrientes necesarios y casi que la cuarta parte de las calorías diarias.
Te ayuda a controlar el apetito
El desayuno te llena antes de que tu apetito empiece realmente a rugir. Si no comes a primera hora un plato balanceado, unas horas más tarde vas a tener mucha hambre y podrías devorar cualquier comida buscando únicamente llenar tu barriga.
Al desayunar, el hambre de media mañana no suele ser tan fuerte, así que puedes buscar unos snacks saludables con más calma y así también evitar caer en un almuerzo gigantesco que te lleve a querer dormir a media tarde.
Es que esa primera comida del día es tan importante, que puede afectar la forma en que te vas a alimentar por el resto del día.
¿Qué hago si no tengo apetito en las mañanas?
Hay quienes tienen el estómago cerrado antes de empezar a trabajar o estudiar, y realmente tampoco es recomendable que te llenes de comida para tener la energía al máximo.
Si eres de aquellas personas, también te dejamos algunas recomendaciones para que no empieces tu día con un vacío estomacal:
- Puedes dividir el desayuno con una merienda a media mañana. Comer algo ligero antes del trabajo y luego reforzar con un buen snack balanceado.
- Reduce las porciones de las comidas en la noche, así vas a tener un mayor apetito en la mañana.
- Varía tu desayuno. Si siempre comes lo mismo, una buena idea es hacer algo distinto. Más abajo te dejamos unas cuantas opciones.
Beneficios para los niños
No es nada extraño, sobre todo pensando ahora que algunos colegios y universidades han regresado a clases presenciales, que los estudiantes lleguen a estudiar sin desayunar. Más allá de las razones, el efecto negativo es el mismo.
Sería maravilloso que desde niños nos enseñaran a tener buenos hábitos alimenticios, a valorar cada una de las comidas y a entender sus beneficios. Si desde pequeños aprendemos a tener una dieta balanceada, al ser adultos podríamos ahorrarnos varios problemas y muchas citas médicas.
La alimentación es fundamental en el desarrollo físico y mental de los niños. Una comida balanceada en la mañana tiene un efecto positivo tanto en la salud, como en el rendimiento escolar.
Los beneficios en cuanto a la concentración y la capacidad de poner atención no son exclusivos de los adultos en el trabajo o en la universidad. El desayuno también repercute en este sentido en los niños más pequeños, una etapa fundamental a la hora de desarrollar habilidades y los conocimientos más básicos.
Para una buena educación, un buen desayuno se convierte en un gran aliado.
Qué debe tener un desayuno saludable
También hay que tener claro que no se trata de comer para llenar el estómago y ya. Una gaseosa y un par de paquetes de papas pueden que te ayuden a despertar y a llenar el vacío que la barriga acumuló a lo largo de la noche, pero no es una buena idea para tu organismo.
Es importante pensar en un desayuno balanceado, que no únicamente te recargue las baterías y acabe con la sensación del hambre, sino que también sea beneficioso para el cuerpo y la mente.
Para que entiendas mejor las recetas y platos que mejor funcionan en el desayuno, te presentamos los tres grandes grupos de alimentos que debes tener en cuenta.
Recuerda, lo importante no es elegir uno de estos, sino asegurarse de que todos sean parte de esa primera comida que tanto bien le hace a tu organismo. Además, añade una bebida para ayudar a hidratar tu cuerpo.
- Alimentos formadores: son aquellos que contienen proteínas, vitaminas y minerales. Ayudan a evitar la fatiga, tanto mental como física. Incluye los lácteos, como la leche, el queso y el yogurt; las carnes y sus sustitutos, como los huevos, el pollo, los pescados o las salchichas; y las legumbres, como lentejas o frijoles.
- Alimentos reguladores: contribuyen al buen funcionamiento intestinal y aportan vitaminas. Se trata las frutas, los jugos y verduras.
- Alimentos energéticos: contienen carbohidratos y grasas, aparte de entregarle vigor y energía al organismo. Incluyen cereales y sus derivados, como el pan, las tortillas y la avena; azúcares, como la miel, la panela o la mermelada; y los tubérculos, como la papa y el choclo.
- Bebidas:fundamentales para rehidratar el organismo. Además, puede ser parte de uno o más de los tres grupos de arriba.
Ejemplos de desayunos balanceados
- Tostadas francesas con miel, preparadas con Leche Condensada LA LECHERA®, jugo de naranja con zanahoria y café NESCAFÉ ® con leche LA LECHERA®.
- Tostadas con huevo frito, jamón y queso, acompañadas de una porción de fruta y un café con leche.
- Huevos a la napolitana con pan y mantequilla. Tu fruta preferida y un vaso de leche.
- Huevos revueltos con choclo, acompañado de unas galletas con mantequilla y mermelada, y tu fruta preferida. De beber, un café con leche.
- Huevos en cocotte (también conocidos como huevos al plato), con una fruta de tu elección, galletas cracker y café moka.
- Crepes con Crema de Leche LA LECHERA®, limón y miel, junto a unos rollitos de jamón con tomate y una fruta. De bebida, un café NESCAFÉ® con leche.
- Huevos poché, galletas cracker, café con leche y una fruta de tu elección, aunque te recomendamos la toronja.
- Sándwich de jamón, huevo y queso, acompañado con yogurt y fruta.
- Huevo tibio, acompañado de jamón, queso y tomate. Como bebida, un jugo de fruta natural.
- Huevos italianos, galletas integrales y café mocha.
- Frutillas con melón, cereal con leche, unas tajadas de queso y un cappuccino.
- Rodajas de naranja, cereal con leche y un té.
- Huevos revueltos con cebolla y tomate, limonada y café con leche.
- Omelette de espinaca, galletas cracker, café con leche y tu fruta preferida.