Exploramos todo lo que podemos cocinar con esta verdura
En el mundo de la cocina, sobre todo cuando nos enfocamos en las frutas y verduras, podemos hallar una inmensa paleta de colores. Si pensamos en ejemplos rojizos, el rábano es uno de los alimentos en los que encontramos algunos de los tonos más intensos.
También, si queremos sabores o sensaciones específicas y pensamos en el picante, esta verdura es una de las primeras que llegan a nuestra mente.
Más allá de los colores y sabores, el rábano es un alimento que podemos aprovechar de varias formas, por eso, en Recetas Nestlé® queremos explorarlo a profundidad.
TIPOS DE RÁBANOS
Aunque las primeras imágenes que encontramos en los buscadores de Internet cuando averiguamos sobre esta verdura son, en su mayoría, rábanos rojos en tonos claros y de forma redonda, en realidad existen otros colores y figuras.
Para empezar a explorar todo lo que se puede hacer en la cocina y a conocer el universo del rábano, vamos a conocer las diferentes variedades en los que lo hallamos.
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RÁBANO ASIÁTICO O DAIKON
También se le conoce como rábano japonés o chino. Tiene una forma alargada, similar a una zanahoria, pero de color blanco. Su textura es firme, lo cual permite usar diferentes cortes, pero esto no significa que no se puede comer crudo.
Aunque su piel es consumible, normalmente se pela. Tiene un sabor suave y un pequeño toque picante, más ligero que los otros tipos de rábanos. Su pulpa, por su parte, es jugosa.
En Asia se encuentran otros rábanos similares al daikon, pero que, por ejemplo, tienen una figura esférica e, incluso, similares a una sandía, con la piel verde y la pulpa rojiza. Sin embargo, estas clases son más difíciles de conseguir.
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RÁBANO NEGRO O DE INVIERNO
Esta clase de rábano es muy fácil de distinguir debido al color de su piel, que al ser negro es muy distinto al blanco de la variedad daikon o a los tonos rojizos de los más tradicionales.
Sin embargo, su interior contrasta completamente con la cáscara (que no se suele comer), puesto que es blanco. En cuanto a la forma, en este caso dejamos a un lado las figuras alargadas para pensar en algo esférico, con un tallo bastante largo también de color negro.
En algunos países se le conoce como rábano español debido a que se usa con frecuencia en la cocina de España, sobre todo como acompañamiento en ensaladas, guisos o sopas.
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RÁBANO COMÚN O RABANITO
Llegamos al tercer tipo de rábano, siendo este el más conocido y común en América Latina. Normalmente tiene una forma esférica y es más pequeño que la variedad negra, aunque también se halla con frecuencia con una figura alargada.
Respecto al color, es el que se relaciona con mayor facilidad al imaginar esta verdura: tonos rojizos y rosas, incluso violetas, combinados con un poco de blanco. Tiene un sabor picante y una textura firme.
EL RÁBANO EN LA COCINA
Debido a su sabor picante, los rábanos no suelen ser grandes protagonistas o el ingrediente principal de algún plato. En cambio, funcionan muy bien para complementar preparaciones con su sabor y textura.
Sin embargo, una buena forma de aprovecharlos es usar a nuestro favor los colores en los que podemos encontrarlos, siendo los más normales el rojo y el blanco, para añadir como decoración y darles más vida a nuestros platos.
- Rábanos en ensaladas: esta es una de las formas más comunes de aprovechar esta verdura. Dependiendo de lo que queramos preparar, podemos cortar el rábano en cuadros o láminas, aprovechando las figuras y colores para darle profundidad al plato. Usarlos crudos o cocinarlos un poco, tal vez saltearlos, son opciones válidas.
- Ese toque picante: cuando jugamos con los sabores, una excelente idea es pensar en combinarlos y crear sorpresas para nuestro paladar. El rábano, como hemos dicho, tiene un sabor picante que podemos aprovechar, por ejemplo, en las sopas o los guisos. Un pequeño truco es jugar con su piel: si lo pelamos, el picante se reduce.
- Rábanos al horno: esta preparación se puede usar para añadirlos a una ensalada o para comerlos solos. Lo ideal es cortarlos en dados, mitades o cuartos y condimentarlos. Una buena idea es usar jugo de limón para jugar con lo ácido, algunas hierbas aromáticas o pimienta, aprovechando que la sensación de picante se reduce cuando cocinamos los rábanos. Su textura también se vuelve más suave.
- Un snack a lo francés: hay un tipo de rábano que nació en Francia que es muy parecido a la variedad más común, solo que es un poco más pequeño. De todas formas, este snack se puede hacer con el rábano que compramos en el supermercado. Simplemente hay que cortarlo por la mitad o en cuartos y acompañarlo con mantequilla. Una buena idea para hacerlo más francés es comerlo con una baguette.
- Chips crujientes: acá lo mejor es cortar el rábano en láminas lo más delgadas posible, lo cual facilita que tengan la textura que buscamos. Después de darles una pincelada de aceite de oliva, se llevan al horno o a una aifryer hasta que se doren; otra opción es freírlos en aceite.
- Sopas y rábanos: la verdura que tenemos como protagonista no nos ayuda únicamente a darle esa sensación picante a una sopa. De hecho, puede también aportar textura a preparaciones tanto frías como calientes, teniendo en cuenta que una vez cocinamos el rábano puede ablandarse.
¿SE PUEDEN COMER LAS HOJAS DEL RÁBANO?
Más allá del tipo de rábano, todos tienen hojas comestibles, cuyo sabor cambia dependiendo de qué tan madura está la verdura. En Recetas Nestlé® nos gusta aprovechar los alimentos al máximo, lo cual incluye usar todas sus partes.
Como a veces hallamos los rábanos con sus hojas, cuando llegamos a casa seguramente las cortamos y las arrojamos a la basura. Es momento de cambiar ese hábito y empezar a usarlas en la cocina.
- El sabor de las hojas: esto cambia según qué tan maduro está el rábano. Entre más maduro, las hojas llevan un sabor más picante y fuerte. Sin embargo, simplemente hay que cocinarlas un poco para reducirlo.
- ¿Cómo elegir las mejores hojas?: es un buen punto para tener en cuenta al momento de comprar los rábanos. Acá tenemos que evitar manchas marrones, negras o amarillas y enfocarnos en tonos verdes más vivos.
- ¿Cómo usarlas?: un buen tip es pensar que son muy parecidas a otras verduras de hojas verdes, como la lechuga. Por esto, pueden ser parte de una ensalada o un sándwich. También se pueden añadir a una crema o una sopa, así como usarse para preparar batidos con frutas y verduras.
EL AGUA DE RÁBANO
Otra opción para consumir el rábano, junto a las ideas que ya hemos tratado en este artículo, es preparar un agua que podemos usar como bebida para acompañar cualquier plato en el momento del día que queramos. Además, es muy fácil de hacer.
Simplemente tenemos que licuar dos o tres rábanos (pueden estar pelados, aunque no es necesario) en agua y con el jugo de un par de limones. Para darle más sabor, podemos usar miel.
Dependiendo de los gustos de cada uno, podemos pasar la mezcla por un colador o usarla con los trozos de pulpa que quedaron. Una buena idea para decorar es llevar el agua de rábano a una jarra y llenarla con hielo. En el espacio entre los hielos y el vidrio podemos poner algunas rodajas de rábano y limón.
CONSEJOS Y TIPS AL MOMENTO DE COCINAR CON RÁBANOS
- Es importante que lavemos las frutas y verduras antes de usarlas en la cocina. Con los rábanos simplemente hay que limpiarlos con agua, fijándonos en cualquier parte en la que todavía tengan tierra. También debemos lavar las hojas si las vamos a usar.
- Si queremos que esa característica crujiente sea más notoria, podemos dejar los rábanos en agua muy fría durante unos minutos antes de usarlos.
- Teniendo en cuenta lo anterior, es mejor aprovechar los rábanos apenas los tenemos listos, ya sea cocinados o luego de pasar un tiempo en agua. Lo que sucede es que después de cortarlos empiezan a perder la intensidad de su sabor y su textura.
- Como ya mencionamos antes, si queremos reducir el picante o la intensidad de su sabor, simplemente tenemos que pelar el rábano.
CÓMO ELEGIR Y CONSERVAR LOS RÁBANOS
Para que las recetas y preparaciones que mencionamos a lo largo de este artículo salgan de cinco estrellas y cumplan nuestras expectativas, es muy importante elegir los mejores ingredientes. Esto no nos puede importar un simple rábano.
- ¿Qué buscamos en esa verdura?: recordemos que los rábanos se sienten suaves cuando pasan por un proceso de cocción, de resto siempre queremos que estén firmes y lisos, por eso es mejor poder tomarlos y apretarlos un poco.
- Los colores, una buena pista: el color del rábano es una de sus características más conocidas y fáciles de distinguir, por eso queremos que tenga únicamente tonos rojizos o rosas, así como blanco. Si vemos manchas marrones, negras o con las hojas amarillentas, es mejor seguir buscando.
- ¿Cómo conservarlos correctamente?: lo primero que tenemos que saber es que es necesario cortar las hojas. En segundo lugar, los rábanos necesitan respirar, así que no es muy buena idea guardarlos en un recipiente hermético. La mejor opción es envolverlos en toallas de papel de cocina, para que absorban la humedad, y guardarlos en una bolsa, asegurándonos de sacar todo el aire posible, y luego dentro del refrigerador.